Una marea de más de 35 mil fanáticos llenó el estadio Nemesio Camacho El Campín con la anticipación de presenciar el épico espectáculo de Abel Tesfaye, conocido mundialmente como The Weeknd. Con una impresionante puesta en escena, la gira ‘After Hours Til’ Dawn’ llegó a la capital colombiana, dejando una huella imborrable en la noche del 4 de octubre.
La tarima de 80 metros de longitud atravesaba casi todo el recinto, mientras una imponente figura femenina robótica se erguía majestuosamente al final de la plataforma. Una luna masiva colgaba de dos grúas, creando un ambiente surrealista que anunciaba un evento fuera de lo común. Sobre el escenario, los vestigios de una «Toronto» post apocalíptica daban testimonio de una narrativa visual que enlazaba el pasado y el presente del artista.
A las 6:45 de la tarde, el estadio comenzó a vibrar al ritmo de los poderosos sintetizadores de Mike Dean, el icónico y legendario productor e ingeniero. Su espectáculo sirvió como el preludio perfecto para encender los motores y animar a los asistentes que aún seguían llegando.
A las 7:45 de la noche, el DJ Kaytranada tomó las riendas de la fiesta, regalando mezclas en vivo que avivaron aún más la energía del lugar.
Finalmente, a las 9:00 de la noche, las luces se encendieron para dar paso al esperado inicio del concierto de The Weeknd en Bogotá. Durante las dos horas en las que el talentoso canadiense se adueñó de la capital colombiana, los ánimos tanto del artista como del público se mantuvieron en lo más alto. The Weeknd nos llevó en un viaje a lo largo de su discografía, interpretando un total de 33 canciones.
Éxitos como ‘The Hills’, ‘Starboy’, ‘Blinding Lights’ y ‘I Can’t Feel My Face’ hicieron que los más de 35 mil asistentes cantaran y bailaran al unísono. Entre ritmos de R&B, Hip Hop, Trap y pop futurista, The Weeknd dio una presentación totalmente transversal de toda su carrera musical, demostrando lo variada que puede ser su arte y por supuesto, el nivel vocal que se procura el artista.
La pirotecnia, las luces, el montaje escénico y el peculiar aspecto cyborg de Abel se unieron para otorgarle al concierto una atmósfera única, sumergiéndonos en el universo de posibilidades que representa The Weeknd en la actualidad. Abel Tesfaye no dejó espacio para el descanso, aprovechando cada segundo sobre el escenario para regalarnos un espectáculo sin igual. Fue un acto pop en su máxima expresión, una sinfonía de emociones que tocó los corazones de todos los presentes.
Esta noche quedará marcada en la memoria de los asistentes como una experiencia musical inolvidable. The Weeknd no solo ofreció un concierto, sino una verdadera odisea sonora y visual que dejó a Bogotá con el corazón palpitando al ritmo de su inconfundible estilo.
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