Univision.com y Agencias
República Dominicana.- Más de 40 mil personas acudieron ayer domingo al Estadio Olímpico al llamado de Juan Luis Guerra denominado “Un canto de Esperanza por Haití”, en el que acompañado de sus colegas Juanes, Enrique Iglesias, Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Johnny Ventura, Milly Quezada y Maradalia Hernández, unieron su talento para recaudar fondos para el país caribeño que fue devastado en enero pasado por un terremoto.
Canto de esperanza
Guerra fue el primero en salir al escenario, desafiando a la lluvia, que no desanimó a las 40.000 personas, según cifras oficiosas, reunidas en el estadio olímpico de Santo Domingo.
“Gracias por estar aquí, porque ustedes han hecho posible que cumplamos con nuestro propósito de entregar a los hermanos haitianos un hospital infantil”, exclamó Guerra.
Al famoso intérprete de Ojalá Que Llueva Café siguió el cantante español Miguel Bosé, acompañado por la banda de Guerra en el escenario. “Hay gente que está atenta a escuchar palabras de esperanza”, dijo Bosé en el concierto, que recaudó fondos para construir un hospital infantil en Haití.
La dominicana Maridalia Hernández sucedió al polifacético intérprete y de inmediato sintonizó con Te Ofrezco, al que siguió Quien No Sabe de Amor y Recuento.
La gente estaba tomándole el pulso al concierto cuando el puertorriqueño Fonsi sacudió el aforo con Quién Te Dijo Eso, paseándose por el escenario y reclamando el apoyo del gigantesco coro.
“Estamos aquí con el corazón por Haití”, exclamó el boricua antes de Aquí Estoy y de cerrar con No Me Doy Por Vencido, uno de sus más grandes éxitos.
Pero fue el español Enrique Iglesias quien se apoderó por completo de los fans cuando reclamó que “todo Santo Domingo” cantara junto a él y, no contento con ello, se mezcló con el público y subió de allí con un joven al que puso a cantar Héroe.
“Quiero un gran aplauso para Juan Luis Guerra y para ustedes mismos por este noble gesto de ayudar a la causa de Haití”, dijo Iglesias.
A Milly Quezada le tocó mantener la euforia con una mezcla de cadenciosos merengues como Para Darte Mi Vida y Sólo Contigo.
El español Sanz pasó entonces a ser el centro de atracción con su inseparable guitarra y a deleitar al ritmo de Desde Cuando, Corazón Partío y Looking for Paradise.
El merengue volvió a hacer retumbar el estadio con el “rey” Johnny Ventura y su conocida capacidad para improvisar versos, que en esta oportunidad fueron para enaltecer el gesto de Guerra de convocar al concierto.
La música no daba tregua a la distracción, la multitud quería más, y eso fue lo que le dio el colombiano Juanes con A Dios le Pido, a la que siguieron Odio por Amor y la Camisa Negra.
Juan Luis Guerra volvió con Como Yo, la recién estrenada Bachata en Fukouka y el conocido Farolito, una de sus afamadas experimentaciones con el merengue típico dominicano.
Sorbo tras sorbo, el multitudinario público dio a cada artista muestras de cariño y entusiasmo, pero sabía que faltaba algo ‘grande’.
Las presentaciones individuales habían cumplido plenamente su cometido y llegó el momento de reunir en el escenario a los protagonistas con un inolvidable Ojalá que Llueva Café, que dio término a un concierto “inigualable”.