Los padres de la quinceañera Rubí, en entrevista con el programa de televisión “Un nuevo día”, dijeron que luego de la fiesta quedaron endeudados, a pesar que podían haber hecho “bastante dinerito” si tan solo le hubieran cobrado a los vendedores que se apostaron en donde se hizo el festejo.
“Podíamos haber cobrado al taquero, al que vende agua, al que vende elote, a todos, cosa que no hicimos”, dijo Crescencio Ibarra, padre de la festejada más famosa del mundo.
La familia, con tanta presión que tenían, y porque el evento se les salió de las manos, según reconocieron, tuvo que pagar lo que supuestamente la gente se robó luego de la fiesta: sillas, mesas, hieleras, toldos.
“Para mí fue un trauma; ya no hallaba ni qué hacer”, dijo el padre de la joven, quien además desmintió que su hija hubiera recibido regalos muy costosos. Que lo único valioso que le dieron a la niña fue un carro, pero que casas y otros bienes no.