Los Ángeles, (ENTRAVISION).- Tras la muerte de Fidel Castro, Lili Estefan fue de los miles de cubanos expatriados que recibieron la noticia con una sonrisota de oreja a oreja.
El repentino suceso fomentó a que la conductora de El Gordo y la Flaca volviera a abrir heridas emocionales de su tiempo en la isla caribeña: “Mi madre murió cuando a penas yo tenía 11 años. Yo no quise ir al funeral, yo no quise ir al entierro”.
“Yo me fui de Cuba y ayer me dí cuenta que tengo que regresar a Cuba a buscar la tumba de mi madre y perdirle perdón y te dices: ‘Si falleció el símbolo de la Revolución Cubana, tenemos una nueva esperanza de que se debilite el sistema’”, detalló entre lágrimas en una entrevista para las cámaras de Univision.
Asimismo, la exmodelo compartió tristes anecdotas de su infancia debido a la escacez: “Yo soy una niña que vivió con un chicle. Yo tuve un chicle toda mi niñez y a ese chicle, le echaba azucar, lo guardaba y yo era super cool porque mis amiguitos sabían que Lili Estefan tenía un chicle”.